Precisamente desde la página que os mencionaba al final de la última entrada, la escuela de padres de Educapeques, os traigo esta nueva entrada con algo tan importante en el desarrollo emocional y psicomotriz de los niños/as como es SABER PERDER. Aquí puedes leer el artículo completo.
A continuación, os hago un pequeño resumen, de la que me parece una de las enseñanzas más importantes que aporta nuestra área al desarrollo integral de los niños/as en edad escolar.
¿Porqué es importante que aprendan a perder?
Es común que los niños/as al jugar o competir, si no ganan se enfaden mucho y reaccionen con rabietas y malas actitudes. Por ello, es fundamental que aprendan a perder, que asuman que no siempre ganan, que sean capaces de gestionar la derrota y la frustración que esta conlleva, les ayudará para su autoestima y para no rendirse en futuras ocasiones.
Resulta imprescindible que vean cada situación como una oportunidad de aprendizaje.
Deben ver que perder no es malo, que nos sirve para aprender que hicimos mal, asumir que como personas a veces hacemos cosas mal (no somos perfectos), pero que podemos aprender y mejorar lo que hicimos mal. Y sobre todo que en muchas ocasiones no importa si se gana o se pierde, que lo importante es disfrutar de la actividad y cooperar con los demás para que ésta sea divertida o para lograr un fin común, como puede ser pasar un buen rato con amigos y familiares.
Ganador es aquel que sin importar el resultado, disfruta de la actividad, coopera, aprende de lo que ha hecho y no se rinde ante una derrota o un obstáculo. Los fracasos son comunes en la vida, pero para lograr el éxito y la felicidad, debemos asumirlos como parte del camino a recorrer, además son importantes para aprender a ganar.
Algunos de los beneficios principales que nos reporta este aprendizaje son los siguientes:
1. Si aprenden a perder, su autoestima se protege y se refuerza ya que no ven la derrota como algo personal, una falta de capacidades o de valía personal.
3. Fomenta la perseverancia y la capacidad de esfuerzo.
4. Aprenden a no centrarse en el éxito o fracaso, sino en la actividad en sí misma.
5. Comprenden el valor de la posibilidad de cambio y de mejora y, lo más importante, que esto depende de uno mismo.
6. Crecen sabiendo que el fracaso y la frustración son partes irremediables del camino, pero no insalvables. Aprenden a manejar y gestionar estas situaciones.
7. Aprenden a ser cooperativos y no tan competitivos.
¿Cómo conseguimos que aprenden a perder?
Aquí tenéis algunos consejos de cómo conseguirlo. En clase los aplicamos todos los días para ir aprendiendo poco a poco, ya que no es algo que se consiga de la noche a la mañana.
2. Déjale que gane de vez en cuando, así experimentará ambos sentimientos.
3. Dales ejemplo.
4. Pon limites a su enfado (no es bueno dejarle que grite, que patalee, que este de morros…)
5. Hazle ver los beneficios de participar.
6. No alabes al ganador y ridiculices al perdedor, ni permitas que ellos lo hagan.
7. Refuérzale cuando pierda y no se enfade.
8. Enséñale a manejar la derrota.
9. Educa en la perseverancia (la derrota no debe llevarnos al abandono).
10. Muéstrale que un fracaso, que una derrota no es algo negativo, que es una oportunidad de mejorar, porque existe la posibilidad de cambio y de aprendizaje.
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